Autoridades hondureñas reubicaron este lunes a 206 presos de la cárcel de San Pedro Sula (norte), para clausurar definitivamente este mes uno de los centros penales más peligrosos del país, informó una fuente oficial.

El subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Germán McNiel, dijo en rueda de prensa que "el traslado tiene que ver con el cierre del centro penitenciario de San Pedro Sula", que será demolido después de reubicar a los últimos 1.400 reos que aún permanecen allí.

Fuertes contingentes de militares y policiales sacaron a los presos de la Penitenciaría Nacional de la segunda ciudad del país, 180 km al norte de la capital, donde eran frecuentes los tiroteos que dejaron hasta una docena de muertos.

La peor tragedia en su interior fue en mayo de 2004, cuando murieron 107 pandilleros calcinados en un incendio atribuido a una falla en el sistema eléctrico.

Los presos fueron trasladados a las cárceles de las ciudades de El Progreso y El Paraíso, según el subdirector del INP.

McNiel informó que también fueron reubicados otros 59 reos de la Penitenciaría Nacional de Támara, 15 km al norte de la capital.

Más de 18.000 reos están distribuidos en 30 cárceles y en celdas construidas en unidades militares y policiales del país centroamericano.